El efecto de la situación económica de un país afecta a toda la población, pero en mayor medida al colectivo de jóvenes que ven en muchas ocasiones truncadas sus expectativas de formación y posterior inserción laboral. El desempleo y la precariedad laboral se han acentuado de manera significativa entre los jóvenes, aunque seguimos creyendo que una formación académica adecuada a las habilidades e intereses de cada joven siempre será una puerta abierta para encontrar un primer trabajo. Quizás en muchas ocasiones pasamos de situaciones de abandono escolar al extremo opuesto que es la sobrecualificación, por ello destacamos la necesidad y la importancia de una adecuada orientación profesional que permita adecuar la oferta educativa a las necesidades del mercado laboral.
Hoy las redes sociales se han convertido en la forma principal de comunicación entre los jóvenes y las formas de enseñar y aprender también se están adaptando a estas nuevas formas de transmisión de conocimientos y los programas europeos de intercambios de alumnos entre diferentes centros educativos son una buena manera para estrechar lazos entre jóvenes de diferentes culturas a los que les une un mismo objetivo: mejorar su formación integral como persona para vivir en un mundo globalizado.
El propio Consejo Europeo establece que para desarrollo de la ciudadanía democrática en Europa en la que los jóvenes tienen un papel crucial se debe:
- Facilitar la movilidad en Europa, mediante una descripción clara y reconocible internacionalmente de las competencias lingüísticas.
- Favorecer el entendimiento y la tolerancia entre los ciudadanos de Europa, mediante el conocimiento de otras lenguas y culturas.
Por ello incidimos que es necesario invertir generosamente en educación, y a la vez rentabilizar óptimamente los recursos para que reviertan en la mejora del sistema educativo. Invertir en educación es caro. No invertir es más caro. Actualmente, a la vista del enorme número de jóvenes con titulación académica que están en paro, cunde la idea de que estudiar no sirve de nada, pero esta idea, además de ser falsa, es lesiva para nuestros jóvenes. El índice de paro es muy superior en las personas sin estudios que en las personas con alguna titulación. El trabajo va a ser escaso, y solo la mejora de la formación, en un mundo globalizado y en competencia feroz, va a facilitar el acceso a un empleo cualificado. La Comisión Europea señala en su documento Europa 2020, para ese año, un total de 16 millones de puestos de trabajo suplementarios que requerirán cualificaciones altas, mientras que la demanda de cualificaciones bajas caerá en 12 millones. En este contexto, cobra especial relevancia el compromiso de mejorar la formación de nuestros jóvenes, apostar y prestigiar la Formación Profesional y vincular la Educación Superior y la Universidad con las empresas.
Desde FOROSI reivindicamos un mayor compromiso de los Gobiernos y de las empresas para mejorar la formación de este sector de la población que tiene tanto que ofrecernos, además de invertir en ellos para facilitarles una incorporación al mundo laboral sin que sean utilizados como mano de obra barata.